«Este invierno y esta primavera no ha habido riadas que limpien el río. El caudal máximo ha sido de unos 1.000 metros cúbicos por segundo, mientras que otros años se llega a los 1.800 o supera los 2.000 metros cúbicos. El río necesita estas riadas para que limpien el cauce, arranquen algas y arrastren sedimentos. Es lo natural. Pero la gran regulación a la que están sometidos el Ebro y sus afluentes, unido a un año con poca nieve, provocan que no haya habido riadas y no se haya saneado el río», explica Ismael Sanz, naturalista y miembro de ANSAR-VoluntarRíos. (Leer más...)
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El Acuario de Zaragoza lleva más de medio año realizando vertidos de aguas sin filtrar ni esterilizar al Ebro. Estas aguas, procedentes de los contralavados de los filtros, salen cargadas de nitratos y fosfatos y muy probablemente de huevos y larvas de peces e invertebrados exóticos y esporas de algas, además de bacterias y residuos de medicamentos.
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