Escasa participación en una magnífica excursión.
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5 comentarios:
Bueno, este magnífico reportaje del que hemos disfrutado visualmente es eso muy visual, porque ¿qué paisajes estamos viendo en las varias fotos de perspectiva?, y esas flores o plantas o vegetales ¿qué son?. ¿y esos árboles florecidos en un campo abandonado y con la hierba alto, son el símbolo de la decadencia de algo? o más bien esperanza? o las dos cosas?. ¿Y esas protuberancias blancas que salpican a toda la planta es que está enferma? en contraste con las belleza de las violetas azuladas que visionamos antes de esta enferma planta. Bueno, no sigo por que si no el cansancio brotará en mis lectores y yo no lo quiero.
Así que, Pilar ¿magnífico reportaje de qué? ¿De fotografía? ¿de las plantas? ¿Y qué lugares son los fotografiados? Pues parecen hermosos, en fin espero que los patrocinadores del blogg tengan algún comentario que escibir. Muchas gracias por su atención.
Efectivamente, querido anonimo. Se echa en falta un pequeño comentario. Como asistente a esa excursion te puedo comentar algo. Se trata de la excursion al Frasno que pese a que se comunicó a todos los socios por circular, tuvo escaso eco. Aun asi se hizo con la intencion de ver los cerezos en flor, que puedes ver aparecen en algunas de las fotos. Pero además pudimos disfrutar de un muy agradable paseo por el bosque. Las fotografías corresponden a flores de violetas, agallas de mosquitos en encinas, enebros con fruto, plantas de erizon (cojin de monja)de porte almohadillado, unos liquenes de extraño aspecto entre musgo, anillos de crecimiento en arboles talados, flores masculinas y femeninas de sauces.Dejo a la inquietud de los lectores naturalistas que relacionen las distintas fotografías con esta lista que ofrezco. Al final llegamos a un collado donde disfrutamos de una magnifica vista de las localidades del Frasno e Inogés.
Muchas gracias, amigo anónimo II, por sacarme de dudas y poder relacionar las bonitas imágenes que nos ofrece Pilar con algo concreto y poder relacionarlo con algo. Atentamente,
Mis queridos “Anónimos” I y II…y lectores del blog en general:
Podría comenzar la carta como “Anónimo” III y convertir todo esto en un jeroglífico pintoresco, pero, como en escritos anteriores, prefiero no ocultar mi identidad y expresar mi opinión sobre el debate que habéis planteado.
El reportaje me parece excelente, y el comentario de “Anónimo I”, en cierto modo, inadecuado, anacrónico…. porque aunque sus conocimientos sean sobresalientes, según se desprende de su análisis, sin embargo transmite un espectro crítico negativo que en nada beneficia al resto de personas que, como yo, queremos aprender y disfrutar de lo sencillo de una naturaleza fascinante.
Tu actitud, Anónimo I, me recuerda a los “Hikikomoris”…así llaman los japoneses a chicos y chicas que, después de tener unos conocimientos excelentes al finalizar sus estudios, se encierran para no enfrentarse a la búsqueda de nuevas realidades, y no saben apreciar-compartir el valor vivencial de lo cotidiano, aunque no sea tan “perfecto” y “sublime” como desearías que fuese.
Ese magnífico reportaje fotográfico despierta también otros sentidos que ahí tenemos atrapados en nuestro subconsciente, porque expresa de forma admirable los surcos bellos de la vida, la sensibilidad, la grandeza, la sensualidad
La sensualidad, ¿qué es eso? Para mí que es como ir por la vida confiando en ella y en las personas y elementos que la emiten (como quienes hayan hecho dicho reportaje). Es un acto casi de fe.
Creer que esas flores fotografiadas se pueden oler, y olerlas. Pasear por un bosque nuevo. Observar los enebros con frutos, los cerezos en flor. Escuchar lo de alrededor como si entre el sonido del viento pudiera surgir en palabras la clave de cualquier bonanza. Mirar al firmamento y aprender que la constelación estelar está ahí, que tiene un nombre y un porqué.
Mirar, mirar y mirar intentando descubrir el misterio de lo que no te dicen. Querer tocar, tener en las manos la posibilidad de suavizar las asperezas.
Las manos abiertas, la mente dispuesta a colaborar y ayudar a los demás, la crítica constructiva, son siempre un signo de sensualidad.
En cambio cuando sentimos miedo cruzamos los brazos, plegamos el cuerpo, cerramos la mente, no apreciamos la belleza de lo que tenemos delante…..”Hikikomoris”..
Un hombre o una mujer sensual son optimistas. Se queman, claro, como todos, se decepcionan, se aburren de repetir los gestos, de golpearse con las cosas. Pero, son optimistas, porque en el escepticismo no cabe la sensualidad.
En el pesimismo, en la actitud negativa, no hay esperanza. Y un hombre o una mujer sensual son los que recobran la sonrisa al poco de buscarla, aunque la encuentren rota. Son lo contrario de lo seco. Y hay viejos secos pero también hay jóvenes muy secos.
La sensualidad se tiene sin dependencia de la edad. Porque la gente abierta a los sentidos necesita de los otros. Sabe apreciar la entrega de los demás, sin juicios de valoración, ni sellos de calidad. No sólo los quiere o no los quiere, necesita de los otros para tomar aliento.
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¿utopía? . No.! el simple hecho de sentir que puedes dejar algo útil para los otros hace que la gente conserve su belleza.
Solamente los muertos no sienten y no se indignan ni rebelan, porque la indignación y la rebeldía es parte de la sensualidad. O al menos no he tenido noticia de que fuera de otra manera..
Así lo voy viendo con el tiempo. Así me gustaría poder vivirlo.
Enhorabuena por el reportaje y muchas gracias por compartirlo con los demás.
Ernesto Bernal
Queridos amigos que tenéis la sana paciencia de leernos, después de presentar mis dudas sobre lo que estábamos viendo en este magnífico reportaje visual una persona conocedora del tema tuvo a bien responder y sacarme de las dudas que se me planteaban observando dicho reportaje. La curiosidad es la madre de la ciencia y gracias a ella avanzan nuestros conocimientos y en último término es responsable de los avances de todo tipo de la humanidad:científicos, humanísticos, artísticos etc. Volviendo al reportaje, sé lo que estoy viendo ahora gracias a que formulé mis dudas y preguntas y me respondieron. Y continuaré presentando preguntas que surjan de mis múltiples inquietudes naturalistas, artísticas, humanísticas porque la contemplación platónica de la naturaleza no ayuda a su comprensión, deja cojo nuestro conocimiento y empobrece nuestro espíritu.
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